Los profesionales de las clínicas veterinarias gestionan cada día pacientes y clientes. Tanto unos como otros pueden ser causantes de situaciones de estrés, desasosiego y mal humor. Creo que no descubro nada afirmando que un buen ambiente laboral puede ayudar, y mucho, a sobrellevar esas situaciones “poco agradables”. Y, para conseguir ese buen ambiente, es de vital importancia una correcta gestión de las emociones de los empleados.
Te comparto cuatro claves básicas que cualquier empleado puede poner en práctica para gestionar sus emociones de forma más eficaz:
1 • Ser consciente de las emociones: a menudo respondemos de forma errónea ante una situación determinada. Nos dejamos llevar por las emociones y, con posterioridad a nuestra reacción, nos damos cuenta de que nos hemos equivocado. Esto es debido a que, sin analizar situaciones, se despierta una de las 10 emociones básicas del ser humano: la alegría, la tristeza, el amor, el miedo, la sorpresa, el enfado, el asco, la calma, la culpa y la vergüenza. Por lo tanto, debes ayudar a tus empleados a conocer estas emociones para luego poderlas “controlar”.
2 • Gestionar las emociones a través del pensamiento. Ayudar al trabajador a que identifique los pensamientos poco racionales que conllevan a emociones desagradables. Enseña a tus empleados a cuestionar este tipo de pensamientos y generar otros alternativos. Es decir, enséñales a no dejarse llevar, a ser más racional y a trabajar el cambio de lo negativo por positivo.
3 • Gestionar el enfado. Ayudar a los trabajadores a regular sus enfados puede ser clave para el buen clima de trabajo. No se trata de minimizar la causa del enfado sino de gestionar ese enfado. Lo que tradicionalmente se llama “contar hasta 10”.
4 • Dominar los estilos relacionales. Cada persona posee un estilo o forma concreta de relacionarse con los demás. Cuando dos personas con estilos relacionales opuestos coinciden en un ambiente de trabajo puede resultar difícil que conecten entre sí. Divertido-aburrido, hablador-callado, sonriente-serio, …. Cada uno somos como somos y debemos aprender a relacionarnos con personas de estilos relacionales muy diversos.
Conclusión: mi objetivo con este artículo es crear conciencia de que las emociones y su gestión son muy importantes en el ámbito laboral. Si diriges un equipo de personas, debes estar atento a los comportamientos de tu personal y éstos, en buena medida, responden a la gestión que hace cada persona de sus emociones.
Si no dispones de las herramientas ni de los conocimientos para afrontar este “problema”, te recomiendo que inviertas en un profesional que pueda ayudarte.
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