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Como ya comenté en un artículo anterior nuestro sector está viviendo una auténtica revolución. Años de crecimiento de doble dígito sostenido han hecho que los fondos de inversión se fijaran en nosotros y esto ha provocado la entrada de mucho dinero al sector.

Como bien sabemos, en España hay, redondeando, unas 6,500 clínicas veterinarias repartidas por toda nuestra geografía. Hasta hace unos años, la inmensa mayoría de ellas tenían a uno o varios veterinarios como titulares. Esto hacia que el sector estuviera tremendamente atomizado, tanto geográficamente como en modelo de negocio. La entrada de capital busca la consolidación del sector. Dicho capital proviene de fondos de inversión, que buscan más la consolidación para vender luego a mayor precio, y de empresas finalizadoras que, en principio, han venido para quedarse.

Entre estas empresas que han “aterrizado” para consolidar el sector, encontramos nombres tan populares actualmente como Anicura, VetPartners, IVS-Evidensia, MiVet, UnaVets, KitiCan, …… adquieren clínicas veterinarias para incorporarlas a su red. Como ya expuse en mi anterior artículo sobre la consolidación del sector de la distribución de productos veterinarios, no es mi intención ni mi misión el valorar estas empresas que he comentado pero sí me gustaría hacer una serie de reflexiones que quizá les son útiles a los compañeros veterinarios propietarios de clínicas independientes.

Ante esta situación, el veterinario propietario suele hacerse una pregunta “¿Debo valorar el vender mi clínica?”. Para dar respuesta a esta pregunta, deberá, el propietario, hacer un análisis de su situación, repito, de SU situación. Cada clínica tiene su realidad y ésta es única. ¿Qué debería el propietario valorar? Ésta es sólo una “muestra” de las preguntas a hacerse, seguro que hay muchas más:

  • ¿Me gusta mi trabajo?
  • ¿Tengo edad y energía para seguir como estoy?
  • ¿Qué partes de mi trabajo no me gustan y podría dejar de hacer?
  • ¿Tengo sucesión al frente del negocio?
  • ¿Puedo seguir creciendo profesionalmente tal como estoy ahora?
  • ¿Mi nivel de ingresos me satisface?
  • ¿Sigue creciendo mi cartera de clientes?

Una buena herramienta para ayudar a dar respuesta a estas preguntas es hacer un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades).

Una vez tengas clara tu situación y la de tu clínica, te preguntas “¿Quiero vender mi clínica?”

Si la respuesta es “SI”, debes empezar a valorar propuestas y acogerte a la que consideres que se ajusta más a tus necesidades.

Si la respuesta es “NO”, entonces quizá deberás dar respuesta a esta pregunta ¿Qué debo mejorar o cambiar para seguir con mi negocio?”.

No son pocos los compañeros que están nerviosos con la situación actual, que piensan que deben vender sí o sí. No soy nadie para dar consejos pero yo, si tuviera una clínica, me lo tomaría con calma ya que, vender o no vender no es bueno o malo en sí, todo depende de la situación de cada uno y quizá sea un buen momento para pararse, reflexionar y establecer un plan de futuro para tu clínica.

De lo que sí estoy seguro es que aquel que decida no vender y haga las cosas bien, seguirá teniendo éxito.


Autor: Jordi Gimeno, veterinario. Linkedin