3 Razones por las que deberías valorarte más como Veterinario

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¿Cuántas veces he escuchado la frase?: “es que mis clientes dicen que es caro”. Yo, ante esa frase, pregunto: ¿Comparado con qué? Esta situación podría ser debida a la crisis económica que estamos sufriendo pero, no, llevo escuchando esto más de 20 años, por lo tanto el o los motivos son claramente otros.

Jordi Gimeno (01/12/13)

En la facultad no nos enseñan economía ni dirección de empresas y salimos al mercado sin tener ni idea de gestionar un negocio. Si a esto le sumamos que la sociedad, quizá en parte por culpa nuestra, nos tiene como a unos idealistas a los que nos gustan los animales, pues resulta que nuestra clínica ni es gestionada como negocio ni es vista como tal.

Creo que, en general, el problema empieza en el mismo veterinario: está 5 años estudiando en la facultad, se licencia, empieza a trabajar (en muchas ocasiones, al menos los de mi generación, gratis para aprender), monta su clínica, la equipa, invierte gran cantidad de dinero y tiempo, sigue estudiando para estar al día, asiste a cursos y congresos,….. Y resulta que llega alguien a su clínica y porque dice no poder pagar, se le hace un descuento ilógico o, como vi hace unos días en una clínica de un lugar que no quiero recordar, se le cobran 30€ por castrar al gato.

La semana pasada, un colega me comentó que los clientes encontraban caro el servicio de urgencias domiciliarias; cobra 85€ (evidentemente 17.85€ son IVA, así es que él, realmente cobra 67.15€). Hace unos días vino a mi casa un cerrajero a arreglar una persiana; estuvo trabajando cerca de una hora y me cobró 75€ más IVA. Le hice a mi colega tres reflexiones sobre su profesión que creo fundamental tener claras para dar y transmitir el valor que tiene en la sociedad:

1.- Eres titulado superior: al igual que un médico, un abogado o un arquitecto, has trabajado muy duro durante unos años para sacarte un título de Licenciado Superior. De los 46 millones de habitantes de nuestro país, sólo unos 15 mil están capacitados (y no todos) para hacer tu trabajo. Así es que no te menosprecies, si tú no te valoras, menos lo harán tus clientes.

2.- No eres una ONG: haz tu lista de precios, pon los  que consideres justos y que se ajusten a mercado, y defiéndelos. En este país mucha gente se ha acostumbrado a pedir, sino a exigir, descuentos sin ofrecer nada a cambio. Yo creo que te debes mantener firme, tu trabajo vale lo que cuesta: operas con anestesia inhalatoria, trabajas con asepsia, tienes RX digitales,……. Eso se paga y tú tienes que darle valor. Bien es verdad que alrededor tuyo puedes tener colegas que revienten precios pero, ¿trabajan de la misma forma que tú?  ¿Ofrecen servicios de la misma calidad? Probablemente, no.

3.- No tienes la culpa: ¿de qué? Me preguntarás. Hace unos años, un veterinario cliente mío me dijo una frase “lapidaria” que he hecho mía: “Yo no tengo la culpa que la gente tenga perro y, menos aún, que enferme”. Si la gente no quiere responsabilizarse de su animal, no debes hacerlo tú ya que de lo contrario sólo tendrás problemas y el bolsillo vacío.

La defensa del precio del trabajo bien hecho no es fácil y menos en la situación de crisis económica en la que estamos. Ahora bien, lo que sí podemos hacer es dar valor a los servicios que ofrece la clínica veterinaria y que la sociedad vea que merecemos el respeto y la consideración que se otorga a otros profesionales sanitarios, ni más ni menos.

Me limito a narrar aquello que veo viajando por España visitando clínicas y a transmitir mis preocupaciones para,  humildemente, dar mi opinión sobre ello. Me gustaría que entre todos situáramos la profesión en lo más alto. Ánimo!!!!