Existen numerosos artículos publicados sobre la incidencia tanto del reflujo como de la regurgitación.
En perros, la incidencia reportada de reflujo es del 13-55% (Raptopoulos y Galatos, 1997), y la de regurgitación, del 6-15% (Raptopoulos y Galatos, 1997).
El vómito es un proceso activo y solo ocurre si el paciente está despierto o con una anestesia subóptima. El paciente debe estar anestesiado óptimamente antes de colocar el v-gel®.
La regurgitación es un proceso pasivo en el que el material refluido asciende por el esófago y se produce durante toda la anestesia, pudiendo aspirarse si el paciente usa mascarilla o TET.
La punta del v-gel® de los dispositivos para gatos y conejos se ubica en la parte superior del esófago, sellando esta zona y bloqueando el material refluido en ese punto, protegiendo así la vía aérea.
El v-gel® para perros tiene un canal secundario que desemboca en la punta esofágica, lo que permite drenar el material refluido. Se puede insertar una sonda gástrica para succionar activamente el material.
Conclusión: sí, el uso de v-gel® es seguro, evita aspiración en caso de darse reflujo/regurgitación
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