3 Reflexiones para vencer el miedo a vender

Las clínicas veterinarias frente a la crisis: 3 puntos para la reflexión
28 mayo, 2013
Remuneración variable: el final de la nómina?
16 junio, 2013

Durante mis más de 20 años visitando a veterinarios, no han sido pocas las ocasiones en las que he oído la frase “yo soy veterinario, no soy vendedor” e inmediatamente, siempre me viene a la cabeza la misma pregunta: entonces, ¿Cómo tus clientes toman decisiones? ¿Por sí solos, sin información alguna?

Jordi Gimeno (9/6/13)

Por desgracia, en nuestro país, muchas gente piensa o ha pensado que “quien vale, a la universidad y quien no, a vendedor”. Esto ha llevado a que muchos profesionales se pudieran sentir frustrados por el hecho de ser vendedor. Pues bien, ¿Quién no es vendedor en nuestra sociedad? Los abogados venden sus servicios, los arquitectos venden sus proyectos, los veterinarios venden sus diagnósticos y tratamientos, los padres vendemos nuestras razones del porqué de las cosas a nuestros hijos,…. y así un largo etcétera.

En este artículo quisiera mostrarte, basándome en mis 21 años de experiencia en el mundo comercial, algunas reflexiones que espero te ayuden a enfocar la venta desde otra perspectiva y que así puedas disfrutar más de tu trabajo.

1.- El servicio a tu prójimo:

¿Estás convencido de lo que haces? ¿Crees que tus productos/servicios hacen el bien a quienes se los propones? ¿Te comprarías a tí mismo tus productos/servicios?. Si todas las respuestas son afirmativas, resulta que lo que estás ofreciendo hace el bien a la gente, por lo tanto, por qué tienes miedo a ofrecerlo? Tú eres el experto y buscas lo mejor para tu cliente, para tu interlocutor. Basándote en tus conocimientos y experiencia, ofreces lo mejor para él. A partir de ahí, debes transmitir seguridad en tí mismo, confianza y, sobre todo, entusiasmo!!!!

2.- El servicio a la sociedad:

Tu trabajo es tan importante como cualquier otro, no te infravalores. Vivimos en sociedad, eso significa, que nos necesitamos los unos a los otros. Por lo tanto, tú eres una parte importante del engranaje que hace que las sociedades funcionen. La gente viene a ti porque necesita de tus conocimientos y experiencia; ofrécelos sin complejos porque la sociedad en general se beneficia de ello. Si recibes en tu clínica a un cliente, la solución del problema beneficia a una familia entera y a su entorno. Por lo tanto, defiende con orgullo tu papel en sociedad y da valor a lo que haces, porque ese valor es tu patrimonio.

3.- La satisfacción personal:

Te has pasado años estudiando, cogiendo experiencia, trabajando duro para ser un buen profesional y, ahora que llega el momento en que los demás disfruten de tus conocimientos, ¿va y te arrugas? No hombre, no!!! Saca pecho (con modestia) y enorgullécete de lo que haces. Disfruta de esos momentos de éxito (una cirugía resolutiva, un cliente satisfecho, un empleado orgulloso de trabajar contigo,…). El trabajo bien hecho tiene su premio, éste llegará antes o más tarde, pero llegará. Así es que cuando propongas tus servicios u ofrezcas un producto a alguien, piensa que eso, como he comentado en el punto 1 y 2, lleva beneficios implícitos a personas y sociedad y tú eres el responsable de eso, por lo tanto, siéntete orgulloso por tu trabajo y si no sale bien, no te frustres, no te achiques, valor, al toro y a seguir luchando.

Nadie tiene una varita mágica para la resolución de problemas pero, en el caso que nos ocupa, tú tienes la solución, todo lo hablado depende, en la mayor parte, de ti mismo. La venta es un arte y, como tal, te debe hacer disfrutar.

Una de las claves motivacionales más importantes es el convencerse de que nuestro trabajo bien hecho beneficia a las personas. Levantarse cada mañana con entusiasmo y pensando lo bueno que puedo hacer por los demás hará que sea más competente en mi trabajo, cosa que me llevará a la satisfacción personal. Como dijo un prestigioso jugador y entrenador de fútbol: “sal al campo y disfruta”.