Remuneración variable: el final de la nómina?

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España es un país de tradiciones y su mundo laboral no es una excepción: la nómina a final de mes y 30 días de vacaciones, a poder ser, en Agosto. Siempre ha sido así pero, siempre lo será?. En otros países ya no es tan habitual que la gente tenga una nómina y, por qué? Pues porque se considera, acertadamente, que tanto vales, tanto ganas.

Jordi Gimeno (17/6/13)

Hace unos meses, me decidí a abrir una clínica veterinaria. Cuando tenía todo el proyecto hecho (sin financiación bancaria) llegó el momento de contratar profesionales. Necesitaba tres veterinarios. Empecé a recibir currículos y a hacer entrevistas. Cuál fue mi sorpresa cuando, habiendo explicado a los candidatos las bondades del proyecto (horario flexible, cartera de clientes interesante, medios técnicos de primer nivel,….) lo rechazaban al no querer “jugar” al plan de remuneración que tenía diseñado. Y qué tenía de particular dicho plan? Pues que se basaba en la remuneración variable (por ejemplo: cuantas más cirugías hagas, más ganas). La mayoría de candidatos, incluso los que estaban en el paro (Si, los parados también!!!) me comentaban que su salario fijo debía ser de tanto o cuanto, rechazando la posibilidad de ganar más (trabajando más, claro) porque eso era, según ellos, “un riesgo que no quiero asumir”. Mi respuesta fue siempre “riesgo el mío, que he metido todos mis ahorros en este proyecto”.

Las empresas cada vez están menos dispuestas a soportar gastos fijos y menos cuando éstos pueden venir de empleados “improductivos”. Éste es el primero de una serie de artículos que tengo pensados escribir sobre este tema. En él voy a comentar tres motivos por los cuales estoy convencido que a empresa y trabajador les conviene un plan de retribución variable y más en estos tiempos que nos ha tocado vivir.

1.- Ajuste entre ingresos y gastos:

Uno de los principales problemas de las empresas es el pago de las nóminas a fin de mes cuando han caído las ventas. Mediante la retribución variable, la empresa ajusta los pagos a los ingresos, es decir, cuanto más factura (cuanto más vende) más paga a aquellos que hacen posible ese incremento de ventas.

2.- Mejora de la productividad y de la calidad:

Modelamos planes de retribución que premien a quienes más aportan, no sólo en ingresos, sino también en calidad. Por ejemplo: a un cirujano veterinario le retribuyo por cirugía realizada pero también por el incremento de la satisfacción del cliente, o por el descenso en las mermas del material utilizado,…. Es decir, cuanto más y mejor produce, más ingresos tiene.

3.- “Sueldos” más justos:

A todos nos suena la figura del “escaqueado”, no?, ese o esa que da la impresión que siempre está liado y sin embargo todos saben que no da un palo al agua. Esa figura es muy dañina en organizaciones grandes porque los mandos pueden no enterarse de lo que pasa y seguir pagándole como a los demás, que sí está haciendo su trabajo. Pues bien, con planes de remuneración variable, estos sujetos quedan indefensos y, o bien se ponen a currar o ya saben dónde está la puerta. En resumen: “cada uno gana lo que se gana”.

Los planes de remuneración variable no son aplicables a todos los trabajos ni a todas las personas. Con este artículo simplemente quiero despertar el interés de empleados y empresarios por esta figura salarial que tan buenos resultados está dando en otros países. Como empresario me alegraría mucho que mis empleados me pidiesen remuneración variable porque tengo claro que, si ellos ganan más y les va bien, yo gano más y me va bien. Como otras muchas cosas en la vida, debe ser una situación “win-win”, es decir, que ambas partes ganen y, en el fondo, estoy convencido que quien más gana es el cliente, al quien debemos nuestros ingresos.

Soy un convencido de la remuneración variable. No todo son pros, tiene algún contra del que hablaré en próximos artículos, pero en general, creo que es lo más justo para todos.