Llevamos ya varios artículos hablando del cliente, centro absoluto de nuestro negocio. Hemos enfocado el tema desde varios puntos de vista pero siempre pensando en captar y fidelizar. Sin embargo, como todo en la vida, no es oro todo lo que reluce. Hay una serie de clientes los cuales nos hacen, por diversos motivos, nuestro día a día muy complicado. No es un secreto el hecho de que, a través de diversas estrategias de fidelización, pretendamos retener a nuestros mejores clientes. Sin embargo, esas mismas acciones deben ayudarnos a desprendernos de aquellos clientes que no sean rentables.
Antes de poner en marcha estrategias de fidelización debemos tener muy claro cuál es la segmentación de nuestra clientela. A priori, toda empresa conoce cuántos “buenos” clientes tiene y quiénes son. En general, la segmentación no es muy distinta a esta:
Grupo de clientes | Porcentaje de clientes | Porcentaje sobre beneficio |
Azul | 20% | 80% |
Verde | 30% | 15% |
Naranja | 45% | 10% |
Rojo | 5% | -5% |
Por mi experiencia puedo decir que es habitual que los propietarios de clínicas sepan cuántos y quiénes son sus clientes azules. Menos frecuente es que lo sepan de los verdes y naranjas y, en muy pocas ocasiones me encuentro clínicas que conozcan cuántos y quiénes son sus clientes rojos, ese grupo de clientes que producen pérdidas para la compañía, bien porque su precio de compra es muy bajo o bien porque requieren de una serie de atenciones muy costosas. Si invirtiésemos los recursos de este grupo de clientes no rentables en el grupo de cliente más importante (azul), incrementaríamos las ventas, los beneficios y la rentabilidad.
A la hora de detectar nuestros clientes “rojos”, no debemos basarnos única y exclusivamente en datos monetarios y en ese grupo debemos incluir a los clientes que no son interesantes para la clínica por varios motivos:
Desprenderse de clientes no deseados requiere una gestión eficaz ya que si cometemos un error puede aparecer una publicidad negativa para la empresa. Los pasos para desprendernos de los clientes no deseados son:
En un mercado tan competitivo como el nuestro, puede parecer extraño que proponga el prescindir de ciertos clientes pero debemos tener claro y asumir que una persona que no nos aporte beneficio a la empresa, no debería ser cliente nuestro. La clínica veterinaria, al igual que la clínica dental, o la clínica dermatológica o cualquier clínica privada, es un negocio que con prácticas deontológicamente correctas nos permite ganarnos la vida.
En la próxima entrega de esta serie dedicada al cliente, hablaremos de la recuperación de clientes perdidos, no te lo pierdas!
Autor: Jordi Gimeno, veterinario. Linkedin
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