Las lágrimas mágicas a menudo se representan en los cuentos de hadas como el salvador vivificante del príncipe en apuros… Pero, ¿y si realmente hay un poco de magia en nuestras lágrimas?
De hecho, nuestras lágrimas contienen una enzima poderosa y única llamada lisozima, que puede proteger nuestro cuerpo de daños y restaurar las estructuras celulares después de haber sido agredidas.
La lisozima es una enzima especial que se encuentra en las lágrimas, la saliva, el sudor y otros fluidos corporales. Otros revestimientos de la mucosa, como la cavidad nasal, también contienen lisozima. Destruye las bacterias nocivas que intentan entrar en nuestro organismo. En el caso de las lágrimas, protegen nuestros ojos de los invasores bacterianos.
Fue el famoso científico Alexander Fleming quien descubrió la lisozima a principios del siglo XX. Mientras crecía un cultivo bacteriano, una gota de moco de su nariz cayó en el cultivo. Notó que la bacteria en este cultivo había sido destruida. Llamó a la sustancia lisozima combinando dos palabras: lisado y enzima.
Lisozima como agente antibacteriano
La lisozima es capaz de romper los enlaces químicos en la pared celular externa de la bacteria. Las paredes de las células bacterianas contienen una capa de peptidoglicano, que es el sitio específico al que se dirige la lisozima.
La capa de peptidoglicano contiene moléculas alternas llamadas N-acetilglucosamina y ácido N-acetilmurámico. Estas moléculas forman una fuerte cadena de glicano que actúa como la columna vertebral de la pared celular. La lisozima escinde el enlace entre la N-acetilglucosamina y el ácido N-acetilmurámico y, una vez que esta cadena se rompe, se produce la muerte bacteriana.
En una bacteria Gram positiva, esta capa de peptidoglicano está en la superficie más externa de la célula. Sin embargo, en una bacteria Gram negativa, la capa de peptidoglicano de la pared celular se localiza más hacia el interior. Por esta razón, la lisozima pura puede destruir más fácilmente las bacterias Gram positivas que las bacterias Gram negativas. Sin embargo, modificándola convenientemente, la lisozima utilizada en un producto para problemas dermatológicos en animales, tiene el mismo efecto bactericida sobre Gram positivos y Gram negativos, además de ofrecer un alto efecto cicatrizante, antiinflamatorio y regenerador de la piel.
Autor: Jordi Gimeno, veterinario
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