“Los buenos jefes se preocupan por hacer las cosas importantes. Los líderes se preocupan por su gente.” Esta simple reflexión es la clave para retener el talento en una organización.
Los buenos jefes tienen fuertes habilidades organizativas. Los buenos jefes tienen sólidas habilidades para tomar decisiones. Los buenos jefes hacen las cosas importantes. Pero los líderes, hacen todo lo anterior y más. Por supuesto que se preocupan por su empresa y sus clientes, sus vendedores y proveedores. Pero lo más importante, se preocupan, por encima de todo, por las personas que trabajan para ellos.
Llevo más de 30 años de carrera profesional y puedo constatar que, aquellas empresas que a lo largo de los años tienen una baja rotación de personal, suelen ser empresas de éxito. Sobre todo si son empresas cuyos empleados están de cara al cliente. Por ejemplo: si yo voy con mi perra a la clínica veterinaria y con frecuencia me atienden profesionales distintos, no estableceré un buen vínculo con la clínica. La estabilidad es una de las claves en la atención al cliente y la retención de talento es fundamental para conseguir ese vínculo con el cliente.
Es por lo comentado anteriormente que el líder debe darle a cada colaborador:
Autonomía e independencia:
Siempre que sea posible, brinde a sus empleados la autonomía y la independencia para trabajar de la mejor manera. A menudo te sorprenderás de cómo encuentran formas de hacer su trabajo mejor de lo que imaginabas.
Además, la libertad genera innovación y confianza.
Expectativas claras:
Aunque des autonomía e independencia a tus colaboradores, cada también necesita expectativas básicas sobre cómo se deben manejar situaciones específicas.
Por ejemplo, si criticamos a un colaborador por ofrecer un descuento a un cliente furioso hoy, cuando ayer era una práctica habitual, le estarás dificultando mucho su trabajo y le provocarán estrés por no saber lo que se espera de él. Cuando el líder debe cambiar un proceso o forma de hacer, debe tomarse su tiempo para comunicarlo, de forma clara, a todos los colaboradores afectados por ese cambio.
Objetivos significativos:
Casi todo el mundo es competitivo; a menudo, los mejores colaboradores son extremadamente competitivos, sobre todo, consigo mismos. Los objetivos significativos pueden crear un sentido de propósito y agregar un poco de significado incluso a las tareas más repetitivas.
Un verdadero sentido de propósito:
A todo el mundo le gusta sentirse parte de algo (club deportivo, Parroquia, grupo de amigos,…). A todo el mundo le gusta sentirse parte de ese grupo de personas que en una empresa forman equipo. Las mejores misiones deben tener un impacto real en la vida de los clientes a los que el equipo atiende. El líder debe informar a su equipo de lo que quiere lograr para sus clientes y debe permitir que el equipo “se imponga” propósitos que lleven a conseguir el objetivo del líder para los clientes.
Oportunidades para aportar:
Los colaboradores comprometidos tienen ideas; si no se les dan oportunidades para hacer sugerencias o exponer sus ideas, bajarán los brazos y su compromiso con el proyecto decaerá.
Los buenos líderes ponen los medios para que los colaboradores aporten ideas y sugerencias. Hacen preguntas capciosas. Sondean sutilmente. Ayudan a los colaboradores a sentirse cómodos al proponer nuevas formas de hacer las cosas y cuando una idea no es factible, siempre se toman el tiempo para explicar por qué.
Una verdadera sensación de conexión:
Todos trabajamos por un salario pero no sólo por un salario. La mayoría de personas quieren trabajar con y para las personas que les respetan y admiran, y con y para las personas que ellos respetan y admiran.
Es por eso que una palabra amable, una conversación rápida sobre la familia, una conversación informal para preguntar si un colaborador necesita ayuda, esos momentos son mucho más importantes que las reuniones grupales o las evaluaciones formales. Es por eso que los líderes muestran que ven y aprecian a la persona, no solo al trabajador.
Trato justo:
A la mayoría de las personas no les molesta un jefe que es estricto, exigente y rápido para ofrecer comentarios (no siempre positivos), siempre que trate a todos los empleados de manera justa.
Los buenos líderes tratan a cada colaborador de manera diferente, pero también tratan a cada uno de manera justa.
Los líderes deben comunicar de forma fluida y clara para transmitir a sus colaboradores que son coherentes y justos: cuanto más comprendan los empleados por qué se tomó una decisión, menos probable es que asuman un trato injusto o favoritismo.
Crítica privada:
Nadie es perfecto, el líder tampoco. Es por eso que cuando debe corregir a un colaborador, lo haga de forma constructiva y, sobre todo, en privado.
Elogio público:
Todas las personas, incluso los que se desempeñan relativamente mal, hacen algo bien. Cada colaborador merece elogios y reconocimiento. Si embargo, es posible que el líder deba trabajar duro para encontrar razones para reconocer a un colaborador que simplemente cumple con los estándares, pero está bien: unas pocas palabras de reconocimiento, especialmente el reconocimiento público, pueden ser el empujón que un colaborador promedio necesita para comenzar a convertirse en un gran colaborador.
Una oportunidad para un futuro en la organización:
Cada trabajo debe tener el potencial de conducir a cosas más grandes. Los buenos líderes se toman el tiempo para desarrollar a los colaboradores para el trabajo que algún día esperan conseguir, incluso si ese trabajo es en otra empresa. Como dijo el gran Henry Ford: “Sólo hay algo peor que formar a los empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”.
El buen líder dará alas a sus colaboradores para que vuelen y si ese vuelo es en otra empresa, debe sentirse orgulloso por ellos.
Como conclusión utilizo una frase célebre de Richard Branson (Virgin): “Forma bien a la gente para que puedan marcharse. Trátales mejor para que no quieran hacerlo”
Éste ha sido mi último artículo de la serie dedicada al liderazgo. Sigue atento al blog, próximamente hablaremos de temas que te interesan (ventas, marketing, marketing relacional,…)
Y, recuerda, si necesitas más información sobre este tema, no dudes en solicitármela escribiendo a jordi@jglobal.com.es.
Resumen de privacidad
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.
La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Nunca almacenamos información personal. Tienes más información en la política de privacidad.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tienen que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Por favor, activa primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar tus preferencias!