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Llega el fin del ejercicio y tu gestor te dice que has tenido beneficios. Sin embargo, miras tu cuenta corriente y, ¿dónde está el dinero?

Ésta es una típica situación de PYMES y autónomos: la falta de liquidez.

Jordi Gimeno (14/03/2017)

Yo no era una excepción. Empecé mi actividad como autónomo en enero de 2011 y mi S.L. en enero de 2013. Iban pasando los meses y, aunque las ventas iban bien, mi cuenta corriente no subía. Pagaba puntualmente y según lo pactado a los proveedores, y mis clientes no se retrasaban en los pagos. Pero llegaba el momento de pagar el IVA, y ¡a sufrir! No había dinero en la cuenta.

Después de analizar mi situación, empecé a poner en marcha una serie de medidas que me han ayudado a mejorar, y mucho, la liquidez de mi empresa. Miremos qué puedes hacer tú en tu clínica veterinaria:

1.- Abre una segunda cuenta corriente: deposita en ella el IVA de cada factura que cobras y la parte proporcional mensual del impuesto de sociedades. Así, cuando llega el momento de pagar los impuestos no hay sorpresas y en todo momento sabes de cuánto dinero real cuentas.

2.- Exige a tus clientes el pago después del servicio prestado: después de la visita que pasen por caja. En cirugías, divide el pago en un 50% al dejar el animal y el otro 50% al recogerlo. Instala un buen sistema de pago TPV que permita fraccionar los pagos a partir de un importe determinado y asegúrate de que los intereses del fraccionamiento los pague el cliente, no tú.

3.- Paga a todos los proveedores a 30 días máximo: ésta es una medida psicológica más que operativa y que puedes poner en práctica si anteriormente has implementado el punto 2. Con ella, te obligas a controlar tus cuentas y al mismo tiempo te ganas la confianza de tus proveedores.

4.- Mantén el stock a raya. Con el punto 3 en marcha no te resultará difícil. Si compras a un proveedor al que pagas a 30 días debes asegurarme de que has vendido y, a ser posible cobrado, antes de ese plazo. El stock lo debe tener tu proveedor y tú comprar solo el volumen necesario para las ventas de, como máximo, 2 o 3 semanas. Exige a tus proveedores el “just in time”, es decir, que te suministren en 24 o 48 horas lo que necesites, y no lo que necesiten ellos vender. Olvídate de las ofertas, descuentos por volumen, 10+2 y similares que sólo hacen que acabes comprando más de lo que realmente necesitas, y afectan mucho a tu liquidez.

Son medidas fáciles de aplicar y, si eres estricto en su cumplimiento, verás que en poco tiempo tu problema de liquidez se reduce.

Si tienes otras ideas al respecto o quieres comentarme alguna situación no desarrollada en este artículo, te invito a escribirme a: jgbsconsulting@gmail.com.