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1.- El carcinoma de células escamosas (CCE) es el tumor cutáneo más frecuente en gatos, llegando a representar el 50% de los mismos y una edad media de presentación de 10 años. Por el contrario, en la especie canina, es el segundo tumor más frecuente, correspondiendo al 20% del total de tumores cutáneos y la edad media de presentación son los 11 años.

2.- La radiación ultravioleta es el factor predisponente más importante en el desarrollo de los CCE. Relacionados a éste, están el resto de factores: Elevada altitud, clima árido, baja latitud, horas al aire libre de la mascota, y sobre todo la capa blanca en gatos (los gatos blancos tienen 13 veces más posibilidades de padecerlo) y capa blanca y escasa en perros.

3.- En la especie felina, la región anatómica en la que es  más frecuente su aparición es la cabeza, sobre todo pabellón auricular, párpado y plano nasal, pudiendo tener presentación múltiple (sincrónica o secuencial) en la que además podemos encontrarnos combinados el CCE, el CCE in situ (CCE que no ha atravesado la membrana basal) y la queratosis actínica (lesión precancerígena con los mismos factores predisponentes) ; por el contrario, en la especie canina es más frecuente su aparición en zona inguinal, axilar y abdominal.

4.- El aspecto macroscópico de las lesiones es desde una lesión crateriforme o fungiforme, hasta la presencia de masas o placas duras, ya que en los CCE es frecuente que haya asociado tejido fibroso. Además de poder estar ulceradas, pueden presentar un aspecto eritematoso o costroso.

5.- La capacidad de diseminación a distancia es bastante limitada en los CCE cutáneos, con pocos casos reportados más allá de los ganglios regionales, salvo los de plano nasal en el gato, que si tienen un comportamiento metastásico más importante.

6.- La presentación subungueal nos la encontraremos en perros, y tienen un carácter agresivo, deformando el dedo, produciendo pérdida de la uña y osteolisis de la falange. Pueden tener un carácter solitario o múltiple (con presentación sincrónica o secuencial) y con una tasa de metástasis a distancia sobre el 30%. Es el tumor más frecuente en la base de la uña en la especie canina, y las razas grandes son las que con más frecuencia las padecen, en particular el Schnauzer gigante.

7.- Como en cualquier proceso sospechoso de ser una neoplasia, la primera aproximación ha de ser por medio de una citología. Aunque las lesiones tengan un aspecto ulcerativo, debemos evitar las citologías por impronta, ya que nos van a dar información solamente de la superficie de la úlcera, en la que veremos datos inflamatorios e infecciosos básicamente.

En la citología nos encontraremos con una población celular formada por epitelio escamoso inmaduro o displásico, pero se observan todas las fases de maduración (maduración asincrónica). Muchas veces se acompaña de inflamación purulenta. Puede haber presencia de células en forma de renacuajo, las cuales presentan una proyección en forma de cola citoplasmática y un citoplasma azul-hialino. Las células pueden presentarse como células individuales o sábanas de células adheridas. En los CCE bien diferenciados, predominan las células escamosas nucleadas, muy queratinizadas y con bordes angulares. Cuando estas células se colocan de manera concéntrica, se corresponden con la imagen histológica de perlas de queratina. Los moderadamente diferenciados presentan pocas células angulares (poligonales) y más de un 50% de células displásicas redondas u ovaladas. En los pobremente diferenciados, predominan las células individuales, redondas, con un índice núcleo citoplasma elevado, a parte de un elevado pleomorfismo celular y nuclear.

8.- El pronóstico para los CCE es bueno en el caso de enfermedad no invasiva con detección  precoz. Aun así, el desarrollo de nuevas lesiones en la misma zona pude ser común debido a que no se pongan medidas de prevención sobre las causas predisponentes.  En el caso de los invasivos, la eficacia del tratamiento local marca el pronóstico. El grado histológico está también asociado al pronóstico (alto grado unos tres meses y bajo grado superior a un año en el caso del gato). En los perros, los de plano nasal y base de la uña tienen peor pronóstico que los de otras regiones cutáneas.

9.- El tratamiento de elección para CCE cutáneo es cirugía siempre que sea posible. La cirugía de amplios márgenes repercute en disminución de la tasa de recidivas y metástasis (Amputación de pabellones auriculares, de plano nasal, del dedo (o hasta llegar al miembro entero según la extensión de la lesión) en la afectación subungueal…). La radioterapia, la criocirugía, la quimioterapia intralesional y la terapia fotodinámica pueden estar indicadas para el tratamiento de la enfermedad en estadios iniciales del CCE del plano nasal, y aunque no nos aseguran márgenes adecuados, se preserva la situación cosmética de la nariz, mientras que lesiones más profundas y agresivas requieren técnicas quirúrgicas agresivas (en el gato, la extirpación total del plano nasal puede conseguir curaciones con resultados cosméticos aceptables y más del 80% de los casos permanecen libres de enfermedad al año tras realizarse la cirugía). En el caso de los perros, en los CCE de plano nasal, suele haber recurrencia en los ganglios regionales tras la extirpación total de la trufa (más de un año tras la cirugía).

En cuanto a la quimioterapia sistémica, hay pocos datos publicados. Actualmente está en estudio el uso de ITKs para tratar los CCE.

Autor: Ricardo Ruano Barneda
Col. 4417
Acre. AVEPA
Servicio de Oncología H.V. Mediterráneo (Madrid)

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