El buen líder escucha y habla con sus colaboradores

Los que ya tenemos cierta edad hemos visto como a lo largo de los años el “liderazgo” ha ido cambiando. Cuando empecé mi vida profesional todavía se estilaba “el jefe”, es decir, el que mandaba por el simple hecho de tener una posición más elevada en el organigrama. Él ordenaba y el resto obedecía. Fue cuando fiché, en 1995, por una empresa norteamericana que experimenté el “nuevo liderazgo”. Tuve un jefe que no era tal, sino que era un líder. Me preguntaba, me escuchaba, me daba consejos y me exigía resultados, pero éstos llegaban porque su dirección, su liderazgo, sacaba lo mejor de mí. El líder, lidera equipos, los guía hacia la consecución de los objetivos marcados. Sin embargo, los equipos están formados por personas y son éstas las que necesitan del líder. Cada persona vive “su” realidad, distinta de la de sus compañeros de equipo y el líder debe serlo también de los individuos, no sólo del equipo. Por ello, es este artículo voy a hablar de cómo el líder debería actuar para obtener lo mejor de cada uno de sus colaboradores. Puede haber más, seguro, pero vamos a desarrollar las seis características que para mí un buen líder debe tener cuando se relaciona de forma individual con sus colaboradores:

1- Disponibilidad:  El líder tiene que estar en contacto con su gente. Saber de las necesidades de cada uno y para ello debe estar disponible. El acceso de los colaboradores al líder debe ser fácil y fluido. La socorrida frase del jefe mediocre, “estoy muy liado”, no está en el diccionario del líder.

2- Equilibrio: Las relaciones dentro del equipo deben ser equilibradas; el líder debe tratar de alejar los conflictos y, cuando éstos se producen, actuar con diplomacia, pero de forma enérgica. Ante un conflicto, es bueno hablar de forma individual con los afectados y luego proceder a negociar de forma conjunta para solventarlo.

3- Accesibilidad: el buen líder debe tener abierta a sus colaboradores la puerta de su despacho. Escuchar abiertamente y de forma honesta a los demás, aun cuando las opiniones que escuche no sean de su agrado. Mantener una postura de honestidad frente a los demás; esto será valorado por sus colaboradores.

4- Autoridad: Un buen líder nunca usará su autoridad para satisfacer sus propias necesidades ni controlar a su colaborador. Desde el respeto y con sabiduría, el buen líder ejerce su autoridad con sensibilidad y sin autoritarismo. Cierto es que, a veces uno debe tomar decisiones “desagradables”, pero tengo una máxima que llevo grabada a fuego en mi interior, “trata a tu prójimo como a ti te gustaría que él te tratara”.

5- Confidencialidad: nunca traicionar a quien ha confiado en ti. El líder debe escuchar, pero nunca comentar, fuera del interesado, ningún aspecto de la conversación. El buen líder respeta siempre la confianza que su colaborador depositó en él. 

6- Comunicación: como le escuché decir una vez a D. Demetrio Carceller Arce (presidente de DAMM) “Si lo sabes, dilo y, si no lo sabes, no te lo inventes”. Comunicar de forma sincera y abierta. Esto da confianza al colaborador.

Pensarás que me dejo una característica, “Motivador”. No, no me he olvidado de ella, simplemente que si el líder tiene y pone en práctica estas seis que he comentado, ya motiva a su colaborador. Si tu superior jerárquico está disponible para ti, es equilibrado, es accesible, ejerce una autoridad empática, mantiene la confidencialidad y se comunica bien contigo, ¿no te motiva suficientemente? Si crees que no, quizá es que lo que crees que falta debes ponerlo tú.

Autor: Jordi Gimeno, veterinario. Linkedin

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