3 formas prácticas para incrementar tu productividad en la clínica

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28 años de comercial y más de 4.000 visitas a clínicas veterinarias me han servido para aprender de todo tipo de prácticas en la gestión de centros.

En España la gestión de clínicas ha dado un salto cualitativo muy importante en los últimos años. Sin embargo, en mis muchas horas de espera a ser atendido, he comprobado que hay una serie de actitudes que impiden al veterinario obtener el máximo rendimiento a su trabajo y que además pueden generar una mala imagen ante el cliente.

Utilizando como ejemplo una experiencia que viví hace unos meses en una de mis visitas comerciales a una clínica del norte de España, te expongo tres formas prácticas para incrementar tu productividad en la clínica.

1. Da cita previa y cumple la agenda

En una sala de espera donde había tres personas, entra un hombre con un perro. A los cinco minutos, la ATV le llama y es pasado a consulta. Dos de las personas que estaban en la sala piden explicaciones, ya que llevaban más de media hora esperando. La respuesta que se ofrece es que ese hombre tenía cita para las 4.30 horas. El problema es que eran las 4.50 horas. En esa clínica se daba cita pero no se cumplía la agenda, por lo que se creó un problema.

Conclusión: da cita e informa de manera amable a tus clientes que, pasados “X” minutos de la hora acordada, se pasará turno.

2. Dedica el tiempo necesario a cada visita, pero ni un minuto más

El señor que entró a consulta a las 4.50 horas, una vez terminada la visita veterinaria, empezó a explicarle al veterinario un viaje que hizo en verano. Las personas que estaban en la sala de espera, empezaron a incomodarse.

Si no hay gente esperando, el veterinario puede estar, si lo desea, horas con el cliente. Pero si la sala de espera no está vacía, pone en riesgo la fidelidad de sus clientes.

Conclusión: aplica técnicas para terminar conversaciones de forma cordial. Por ejemplo, vuelve al propósito original de la visita. En este caso sería recordar el motivo de la consulta y la conclusión a la que has llegado. Esto puede ayudar a cerrar el círculo de la conversación, permitiéndote dejarla elegantemente sin ser grosero.

3. Cobra lo que debes cobrar

El veterinario remató sus errores cuando el cliente le preguntó: “¿Qué te debo?”.
Entonces, en un ejercicio de generosidad, dijo: “Son xx euros por la vacuna y el microchip. La visita y el champú, te los regalo”. El problema menor es “te los regalo”. El mayor, que lo oímos todos los que estábamos en la sala de espera.

Conclusión: cobra todos tus actos profesionales. Si quieres regalar algo, que no sean tus conocimientos y que no se entere más que el cliente con quien tienes ese detalle.

Tú conoces tu negocio y a tus clientes pero, de vez en cuando, te recomiendo que pares, pongas el reloj a cero y medites qué puedes mejorar en la gestión de tu negocio.

Si te puedo ayudar en algo, no dudes en escribirme a jordi@jglobal.com.es