4 claves para cambiar el rumbo de tu día a día

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¿No estás contento con el rumbo que ha tomado tu vida? Te doy algunos pasos para hacer un alto y cambiar de dirección.

En nuestra profesión el porcentaje de profesionales que sufren “burn-out” es muy elevado. Qué frecuente es durante mis visitas escuchar a compañeros decir: “Estoy más quemado que la pipa de un indio”.

Son muchos los factores que nos llevan a esta situación: una profesión poco reconocida por la sociedad, tratar con clientes no siempre educados y comprensivos, manejar equipos humanos en espacios pequeños…

Sin embargo, en nuestro mismo sector, veo compañeros que sí están contentos con lo que tienen y han alcanzado este estado no por mera casualidad. La realidad es que no aceptan otro resultado que no sea la felicidad. Han hecho sacrificios y trabajado muy duro para alcanzar la plenitud anhelada.

Si no eres feliz, tienes dos opciones: puedes quejarte de ello y esperar que tu vida cambie mágicamente, o tú mismo puedes hacer que se transforme.

Aunque no lo creas, prácticamente todo lo que te rodea te afecta de una forma u otra en función de tu actitud, en función de cómo quieras tú tomarte cada situación. No se trata de tener buena o mala suerte. Todo se reduce a identificar qué quieres, formular un plan para lograrlo y luego dar tu mayor esfuerzo hasta conseguirlo.

En ocasiones, como fue mi caso, una situación inesperada y desagradable es el punto de partida para desencadenar un cambio en tu vida. Me despidieron de la empresa después de casi 16 años entregado a la misma. Tres meses después, todavía en plena fase de duelo por lo que me había ocurrido, hice una reflexión: tengo una familia que no tiene la culpa de lo que me ha pasado. Ellos dependen de mí. ¿Puedo permitirme estar en este estado de decaimiento y depresión? Así es que, hice un plan para salir del agujero y reorientar mi vida.

¿Qué hice para empezar de nuevo?

  1. Analiza dónde estás, qué es lo que te pasa

Hay muchas razones por las que te puedes sentir triste con la vida: un empleo que no amas de verdad, trabajar con personas desagradables o hacer una tarea para la que estás sobrecualificado.

Puede que no se relacione con tu vida profesional -como una relación personal poco sana-.

Es posible que existan millones de razones para tu descontento y es tu misión identificarlas. Cualesquiera que sean estas causas, debes ser consciente de que no encontrarás la felicidad verdadera hasta que identifiques cuál es el problema.

En mi caso, vi claramente que, aunque doloroso, muy doloroso, mi estado anímico era consecuencia de un shock por algo inesperado y que yo consideraba injusto. Pero la reflexión que hice fue: ¿puedo ir atrás en el tiempo? ¿Va a cambiar algo de lo que pasó?

Las respuestas son claras: NO. Pues entonces, debo olvidarlo y mirar hacia adelante.

  1. Cambia tu actitud

Ligado con el punto 1, me di cuenta de que todo era cuestión de mi actitud, de cómo afrontaba lo que me sucedía. ¿Qué crees que pasa cuando siempre llenas tu cabeza con un panorama negativo? Los pensamientos oscuros generan tristeza e infelicidad, mientras que los pensamientos positivos producen alegría.

Al final del día, tú eres responsable de tu propia felicidad. La única manera en la que serás pleno es cambiando tu actitud y entendiendo que estás en completo control y capacidad de transformar una mala situación.

Sir Winston Churchill dijo: “El pesimista ve la dificultad en cada oportunidad. El optimista ve la oportunidad en cada dificultad”. Por lo tanto, me dije: ahora eres libre, no estás ligado a una empresa. Ahora es el momento de hacer algo distinto, algo por mí mismo, que yo pueda diseñar, trabajar y llevar a cabo.

  1. Crea un plan para alcanzar la felicidad

Puedes empezar a diseñar un plan para ser feliz una vez que descubras por qué no estás satisfecho y te hayas armado con una actitud positiva. Esta es la parte donde la duda suele atacar e impedir el avance.

Empiezan a surgir las excusas que justifican que sigas siendo miserable. Si realmente quieres ser feliz, debes superar esta barrera y comprometerte en alcanzar tu meta.

Determina cuál es tu objetivo e imagina cuáles son los pasos necesarios para alcanzarlo. Esto no implica que no vayas a encontrar dificultades en tu camino.

En mi caso, quería probar algo distinto a lo que había hecho los últimos 19 años, en otros sectores pero, después de un par de meses me di cuenta que el sector de las clínicas de animales de compañía era lo que me gustaba. Así que, ¿por qué no intentar ofrecerle al sector mis servicios?

Analicé, puse sobre papel un nuevo proyecto profesional y salí de mi agujero negro trabajando en él. Comparto contigo lo que fue el embrión de mi nueva vida profesional.

  1. Ponte en acción y no mires atrás 

Cuando ya tengas tu plan delineado es momento de empezar a trabajar sin echar la vista atrás. Si miras atrás, que solo sea para repescar recuerdos positivos.

Te aseguro que tomar acción no garantiza resultados. Tu viaje a la felicidad incluye errores, rechazos y desilusiones. Pero si te quedas estático solo hay una garantía y es que tu situación actual no va a cambiar y seguirás estando triste.

La felicidad no llega de la noche a la mañana, es una batalla constante en la que hay que seguir sin importar qué tan complicado se vea el panorama.

Y por supuesto, no olvides que rodearte de gente positiva que te apoye es esencial. En este caso, mi familia y muchos compañeros veterinarios que me ayudaron confiando en mé y en mi nuevo proyecto.

Conclusión: ante hechos y situaciones adversas, sólo tú, con tu actitud, puedes cambiar y controlar como te afectan. Tu mente, aunque no lo creas, es capaz de cambiar tu día a día. Sólo debes ser consciente de ello y ponerte en marcha.

Autor: Jordi Gimeno, Veterinario